LA VOZ DEL NIÑO
En la adopción de niños o niñas, por personas del un mismo sexo, homosexuales y lesbianas, si nos ponemos a pensar y lo analizamos, veremos que en esta manera de proceder, presuntamente se están vulnerando los derechos del menor y se le esta puniendo en un camino equivocado, ya que se les están apartando y privando de conocer los auténticos y verdaderos valores que les puede aportar la adopción por una familia con la representación de una madre y de un padre, los cuales son esenciales y necesario en la vida, para el desarrollo y crecimiento de los menores.
Ante esta situación debemos darnos cuenta, que los menores se encuentran indefensos por no poder decidir y elegir por ellos mismos, a las personas con las que ellos deseen estar y el mejor camino a seguir.
Por lo que sería importante que las personas que decidan por ellos, lo hagan puniéndose en el lugar de los menores, y analicen con conocimiento el daño y el perjuicio que se les puede causar a lo largo de sus vidas.
Ante esta manera de proceder hoy en día y en esta sociedad, si estas criaturas que están necesitados de adopción, contaran con la capacidad de conocimiento y el pensar como un adulto, seguro que lanzarían a la sociedad, preguntas como estas:
¿Quién me escucha a mí?
¿Porque no me dan por mi bien, la opción de elegir yo?
¿Quién me protege y me defiende, para que se respeten mis valores derechos y libertad?
¿Porque quieren traumatizarme y condenarme cambiando mi manera de vivir crecer y desarrollar?
¿Puede un árbol crecer y desarrollarse sin raíces?
¿Debe un niño crecer y desarrollar sin el apoyo, el calor, el amor, y los auténticos valores que les aportan el vínculo a un padre y una madre?
Me encuentro asustado, con miedo, presiento que como niño voy a ser acogido y condenado a vivir y crecer, en un entorno, donde la representación del padre y la madre están formadas o compuestas por dos hombres o dos mujeres. Esto es un camino equivocado para mi crecimiento y desarrollo y además un comino que me impedirá tener una convivencia con raíces, y a la vez me causara problemas de desarrollo… y de trauma… etc. y también a lo largo de mi vida, no tendría la presencia de uno de los vínculos muy importante en el conjunto de la familia, el padre o la madre.
A la espera de poder ser adoptado tengo que confiar en la suerte, para no caer en manos de estas personas de tendencias homosexuales y lesbianas a las cuales yo respeto pero no son las mas adecuadas para mi convivencia y desarrollo.
¿Que la suerte me acompañe?
Nací a la vida, con los valores naturales que te ponen en la propia vida.
Y por lo tanto pido y exijo en la vida, crecer y desarrollar en el camino más normal, y más natural que hay y te llevan a caminar en la vida.
Por lo cual desearía ser acogido y convivir en el seno de una familia formada y consolidada por un padre y una madre una familia que me permita crecer y desarrollar como cualquier otro niño, una familia que me aporte el cobijo, los cuidados, el calor y el amor de una madre, y el cariño y desarrollo junto a un padre.
Un niño ó niña, nace a la vida, se educa, se prepara y camina en el presente, para estar formados, preparados y consolidados al futuro como hombre ó mujer, para así, convivir juntos en el matrimonio, iniciando familia, procreando y haciendo posible, una vida natural y continuada.
En la adopción de niños o niñas, por personas del un mismo sexo, homosexuales y lesbianas, si nos ponemos a pensar y lo analizamos, veremos que en esta manera de proceder, presuntamente se están vulnerando los derechos del menor y se le esta puniendo en un camino equivocado, ya que se les están apartando y privando de conocer los auténticos y verdaderos valores que les puede aportar la adopción por una familia con la representación de una madre y de un padre, los cuales son esenciales y necesario en la vida, para el desarrollo y crecimiento de los menores.
Ante esta situación debemos darnos cuenta, que los menores se encuentran indefensos por no poder decidir y elegir por ellos mismos, a las personas con las que ellos deseen estar y el mejor camino a seguir.
Por lo que sería importante que las personas que decidan por ellos, lo hagan puniéndose en el lugar de los menores, y analicen con conocimiento el daño y el perjuicio que se les puede causar a lo largo de sus vidas.
Ante esta manera de proceder hoy en día y en esta sociedad, si estas criaturas que están necesitados de adopción, contaran con la capacidad de conocimiento y el pensar como un adulto, seguro que lanzarían a la sociedad, preguntas como estas:
¿Quién me escucha a mí?
¿Porque no me dan por mi bien, la opción de elegir yo?
¿Quién me protege y me defiende, para que se respeten mis valores derechos y libertad?
¿Porque quieren traumatizarme y condenarme cambiando mi manera de vivir crecer y desarrollar?
¿Puede un árbol crecer y desarrollarse sin raíces?
¿Debe un niño crecer y desarrollar sin el apoyo, el calor, el amor, y los auténticos valores que les aportan el vínculo a un padre y una madre?
Me encuentro asustado, con miedo, presiento que como niño voy a ser acogido y condenado a vivir y crecer, en un entorno, donde la representación del padre y la madre están formadas o compuestas por dos hombres o dos mujeres. Esto es un camino equivocado para mi crecimiento y desarrollo y además un comino que me impedirá tener una convivencia con raíces, y a la vez me causara problemas de desarrollo… y de trauma… etc. y también a lo largo de mi vida, no tendría la presencia de uno de los vínculos muy importante en el conjunto de la familia, el padre o la madre.
A la espera de poder ser adoptado tengo que confiar en la suerte, para no caer en manos de estas personas de tendencias homosexuales y lesbianas a las cuales yo respeto pero no son las mas adecuadas para mi convivencia y desarrollo.
¿Que la suerte me acompañe?
Nací a la vida, con los valores naturales que te ponen en la propia vida.
Y por lo tanto pido y exijo en la vida, crecer y desarrollar en el camino más normal, y más natural que hay y te llevan a caminar en la vida.
Por lo cual desearía ser acogido y convivir en el seno de una familia formada y consolidada por un padre y una madre una familia que me permita crecer y desarrollar como cualquier otro niño, una familia que me aporte el cobijo, los cuidados, el calor y el amor de una madre, y el cariño y desarrollo junto a un padre.
Un niño ó niña, nace a la vida, se educa, se prepara y camina en el presente, para estar formados, preparados y consolidados al futuro como hombre ó mujer, para así, convivir juntos en el matrimonio, iniciando familia, procreando y haciendo posible, una vida natural y continuada.
J. P.
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