lunes, 26 de julio de 2010

A Verónica Pozo Muelas.

Dulce Verónica de los cielos hija de Dios.

Repartidora de tu inmenso amor, que Dios, te hizo especial con tu fe, encanto y dulzura y te concedió el privilegio, de conocerle a el y a la Virgen María.

Por eso Verónica, estas en el reino de los cielos, junto a todos los Santos, gozando de la gloria, el amor y la luz de Dios y de la Virgen María, ofreciéndoles y llenándoles de tu humilde cariño y ternura…

Y por la gracia que ellos, Dios y la Virgen María te confieren, ruega por nosotros, cuídanos en este difícil caminar, llena nuestros corazones de amor y paz, y haz Verónica que seamos dignos de ti.

Verónica, abrazarte es hermoso y quererte es necesario.

Que tú presencia, sea sentimiento constante en nuestro interior.

Un abrazo. Te queremos...  Amén.

J.P.D.

NACIMIENTO DE JESUS

Belén una noche especial hace 2.010 años.

Esa noche los vecinos de la ciudad de Belén, sin saber ni esperar lo que iba a suceder, descansaban con normalidad en sus casas.

Mientras en un establo, junto a los animales, porque no encontraron alojamiento en la posada, se encontraban instalados, María y José, esperando el momento del nacimiento del niño, de Jesús.

En la oscuridad de la noche, una estrella radiante iluminaba con fuerza el establo y, sus fuertes rayos de luz, Traspasaban las fronteras y anunciaba el gran acontecimiento a los habitantes de la tierra…

¡¡¡ Ha nacido el niño Dios!!! ¡¡¡Ha nacido Jesús!!!

Esa noche fue grande, esa noche en la tierra nació el verdadero amor.

La ciudad de Belén se ilumino.

Desde el cielo, los ángeles y los santos, contemplaron el gran acontecimiento.

Las estrellas vestidas de gala, brillaban con más intensidad.

Los corazones de los hombres se sobre saltaron.

En el mundo nació la luz...

Recordemos y vivamos todos con alegría y con gozo ese momento y, que en esta noche tan especial, recordando el nacimiento de Jesús, su luz llegue e ilumine a los habitantes de toda la tierra y, que nosotros, acogiéndolo en nuestro interior le tengamos presente y le notemos seguir creciendo y desarrollar, en nuestro corazón.
                   Así sea.

J.P.D.

JESUS ES LA NAVIDAD

Que bonito amanecer,
Que bonito despertar,
El sol brilla más que nunca,
Hoy llego la Navidad.



Hoy nuestros corazones,
Reina la paz y el amor,
Y es que hoy entre nosotros,
Ya se encuentra el niño Dios.



Contentos estamos todos
Y hasta llenos de alegría,
Todos vamos a Belén,
Para adorar al Mesías.



En un pesebre se encuentra
Junto a José y María,
Veamos al niño Dios
Que es dulzura y alegría.



Adorémosle con fuerza,
Con entusiasmo y fervor,
Hagamos que sea feliz,
Y démosle nuestro amor.

J.P.D.

DULCE MARIA

Dulce Virgen María, acogedora y misericordiosa, madre de Dios y madre mía.

Dulzura que atrae, maravilla y fascina.

Vida Que conforta, alegra y engrandece.

Amor que abraza, envuelve y cobija.

Luz que destella, e ilumina los corazones.

Esperanza, que perdura y nos mantiene cada día en la fe de tu hijo, nuestro Señor Jesucristo…

Atraído por tu amor, e inducido por mi corazón, he llegado a tu encuentro, para hallarte y a tu lado, poder contemplarte, sentirte y abrazarte.

María, en tu presencia deseo compartir unos momentos junto a ti, para admirarte, contemplar tu humildad y dulzura, y ofrecerte esta oración.

Junto a ti María, mi deseo es, sentirte en mi ser, entregarte mi afecto y cariño, abrirte mi Corazón y llevarme en el, un poco de tu gran amor.

Pedirte, María…

Virgen María:

• Sentirte y llamarte madre, es lo más valioso.

• Caminar a tu lado y sentir tu amor, es lo más hermoso.

• Y quererte y llevarte en el corazón, es lo más preciado.

Amén.
J.P.D.

VIRGEN MARIA

Cuando llegué a tu encuentro María,
Al estar en tu presencia
Y contemplar tu dulzura,
Se alegro mi corazón.

Cuando me vistes Madre,
Con dulzura me acogiste,
Y con humildad y alegría,
Tu sonrisa me ofreciste.

Cuando yo te dije Madre,
Me abrazaste con calor,
Yo te entregue mi cariño
Y tú me distes tu amor.

Gracias María, por tu gran amor de madre,

Gracias Madre, por tu calor, ternura y cariño,

Gracias, por abrir tus brazos y acoger a tu hijo.

Gracias, dulce Virgen María.
Amén.
J.P.D.

Oración de la mañana

…Santo padre…


Gracias por este nuevo día, que me permite estar en tu presencia, escuchar tu palabra, vivir en tu gracia y sentir tu amor.


Quiero ofrecerte Señor, junto a tu oración, todo mi cariño, que como cada día te sientas querido y abrazado por mí.


Pedirte Señor...


Santo Padre, que este día sea para este tu hijo, Un día donde brille tu luz, lleno de paz, de entendimiento de comunicación y de amor hacia los demás.


Que mis caminos a andar en este nuevo día, sean aquellos que tu elijas y que en ellos, hagas que mi corazón sea en todo momento, portador tuyo.


Te pido Señor, que cada día y a tu lado, mi caminar, ver y sentir, sea como tu desees. Caminemos juntos.


                                                 Así sea.
J.P.D.

ORACION DE ABANDONO

Heme aquí Padre, junto a ti, con mi respeto y obediencia.


Háblame y te escuchare, pídeme y te daré, mándame e iré.


Por cómo me formes, me eduques y me hagas caminar, lo aceptare y te doy gracias.


Tengo confianza en ti padre, porque como un buen padre, sé que te ocuparas bien de este tu hijo, haciéndome crecer con amor, entendiendo tus buenos consejos y dándome a elegir de los caminos el mejor.


En esta vida, me darás una buena preparación, distinguiré lo bueno y lo malo, me harás ver las injusticias, harás que este al lado del débil, me harás amigos de tus amigos y tantas cosas más que serán buenas para los dos.


Caminando a tu lado, harás que mi ser se sienta seguro y orgulloso de ti, hablare bien de mi padre, que me quiere y como un buen padre desea lo mejor para su hijo.


Por todo esto, te abro mi corazón, te invito a que entres en él y seas tú, el que me haga ver, sentir y caminar.

Amén.

J.P.D.

ORACION DE AYUDA

Señor, ayúdame:

Ayúdame, a encontrarte y conocerte mejor, a sentir tu presencia y a caminar junto a ti.

Ayúdame, a seguirte, a escuchar tu palabra, y crecer junto a ti.

Ayúdame, a sentirte en mi interior, a tener tu amor y a compartirlo con los demás.

Ayúdame, a ser digno de ti, a no caer en tentaciones, a mejorar, a ser misericordioso, y a perdonar.

Ayúdame, a abrir los ojos y ver, a abrir los oídos y escuchar, a abrir mi corazón y amar y a abrir los brazos y abrazar.

Ayúdame, a encontrar tu luz y a ser portador de la misma, para ofrecerla y transmitirla a los demás.

Señor, tú me creaste, tuyo soy y a ti me debo. Mi deseo Señor, es saber servirte y ser digno de ti.
                                                       Amén.
J.P.D.

SALMO.

Te abro Señor, mi corazón para que entres y habites en el.


Señor, al igual que el caudal de las aguas de los ríos, hace camino y avanza, buscando encontrar las inmensas aguas del mar, para unirse y reposar en ellas.


Así Señor, avanza y busca cauces mi ser, para llegar a encontrarte, y en tu presencia gozar de tu inmenso amor.


Señor, como el labrador prepara sus tierras, con esmero y amor, cavándolas y abonándolas, para que la semilla se nutra, crezca y fecunde, y así conseguir buen fruto.


Así Señor, preparo yo mi corazón, para acoger la semilla de tu amor y que día a día fecunde, crezca y se desarrolle en él, y que ese tu fruto, perdure y te identifique.


Señor, como las plantas y árboles necesitan alimentarse de la tierra y del agua, para echar raíces, fortalecerse, crecer, y desarrollar.


Así señor, necesita y busca alimentarse y fortalecerse de ti mi corazón, para crecer en la fe, desarrollar y caminar en tu amor.


Te abro Señor, mi corazón para que entres y habites en el.

J.P.D.

EL CAMPO DEL SEÑOR

El Señor tenía un campo, por el que paseaba de vez en cuando.

Pero un día visitándolo, vio la necesidad de cultivarlo y decidió trabajarlo.

Lo limpio de malas hierbas, lo labro y lo preparo para la siembra.

Lo trabajo con delicadeza y lo sembró, con gran amor utilizando una semilla buena y fértil.

Lo abono con esmero y lo cuido, para que la semilla brotara, creciera y desarrollara y diera buen fruto.

Y lo inmunizo, contra cualquier mal, temporal o ventiscas, para que si en alguna ocasión la buena y fértil semilla que el sembró, en su crecimiento era dañada y caía, se volviese a levantar y seguir creciendo y desarrollando con fortaleza y con normalidad.

J.P.D.

Dios, Luz que ilumina, Alimento que perdura, Agua que calma la sed, y Sosiego que conforta el Espíritu.

El Amanecer.

Despertar al nuevo día, contemplar el amanecer, presenciar la salida del sol y ver, como con su radiante luz, da vida al nuevo día que nace, iluminando a la vez el mundo…


Yo observo y levantando la mirada hacia el cielo doy gracias... Hay esta Dios, iluminándome y dándome los buenos días.

Encuentro con la naturaleza.
El nuevo día me invita a salir de la ciudad, a alejarme del ruido, las prisas, la rutina diaria y gozar de un encuentro con la naturaleza, visitar y contemplar el campo, buscar tranquilidad, sosiego y encontrar paz. Respirar aire puro, escuchar y disfrutar del canto de los pájaros, ver la maravillosa y variedad de la vegetación, contemplar sus abundantes variados y apetitoso frutales…


Agradecido levanto la mirada hacia el cielo y doy gracias... Dios me alimenta.

El agua.
En el encuentro con la naturaleza, no puedo evitar el escuchar el sonido y el susurro del agua que despiertan mi curiosidad y el deseo de contemplarla.

Salgo a su encuentro, localizando y contemplando ríos, lagos y manantiales, observo el agua cristalina y transparente… De nuevo mirando al cielo doy gracias. Dios calma mi sed.

El atardecer.
Viviendo el día intensamente y contemplando las maravillas de la naturaleza, me sorprende el atardecer, observo la puesta del sol, contemplo como el sol se va ocultando, dejando paso a la noche.


La noche me ofrece entre otras, poder sentir su silencio, su frescor, la brisa del aire de otra manera y mirando hacia el cielo, contemplarlo iluminado con la luz de la luna y el resplandor de las estrellas…
Hay esta también Dios, sosegándome y dispuesto a velar mis sueños.
                                                                                                               Amen

J.P.D.

NECESIDAD DE DIOS

Dios nos dice en el monte tabor:


«Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle.» (Lucas…)


Obedeciendo la voz del Padre busco encontrarte Señor, con el deseo de escuchar tu palabra, sentir tu presencia y acoger y compartir tu gran amor.


Encontrando Señor tu presencia, me sentiré más cercano a ti, y podré contemplar tu rostro, escuchar con claridad tu palabra y llenarme de ella… Y junto a ti Señor, caminar por los caminos de la luz, de la verdad y de la vida, y con hermandad, y misericordia poder compartir tu gran amor.


Señor, a tu lado y cercano a ti, podré percibir, el caluroso abrazo y el gran amor del padre… Y acogiendo tu palabra, podré transmitir el mensaje que nos ofreces a toda la humanidad, un mensaje para una convivencia en la verdad, con hermandad y con gran amor.


Señor, Viendo la necesidad que tenemos de ti hoy en día, y de tus valores, quiero pedirte que te hagas más presente en esta humanidad, que sensibilices los corazones de los hombres. Que vean la necesidad y lo importante de la vida. Que vivamos con más hermandad. Que prevalezca entre todos nosotros, la justicia y la paz, y que en nuestro interior reine el amor.
                                                                                                                                              Amén.

J.P.D.

FORMAR PARTE DE LA CASA DE NAZARET

En la casa de Nazaret se encuentra:


• Fortaleza para mejorar cada día nuestra fe.


• Llenarse de la luz de Dios, para iluminar nuestras vidas.


• Luz para nuestro comportamiento.


• Conocimiento y sabiduría, para vivir y actuar con fe ala luz de Dios.


• Seguir y andar los caminos iluminados del Señor.


• Ver lo esencial y apreciar lo que de verdad cuenta en la vida.


• Sentir la presencia del Señor en el silencio de nuestro interior, que nos ayuda a conocernos a nosotros mismos.


• Conocernos y ver, que hacemos y como actuamos.


Formar parte de la casa de Nazaret de paso, de visita es fácil…
Lo difícil es entrar y tener el privilegio, de sentirse y permanecer en ella.


De esta manera no hay que buscar, se encuentra.


Se encuentra la sencillez y la humildad, para caminar, darse, y amar.


Se encuentra, el sentir, para acoger y compartir.


Se encuentra el amor, para querer y abrazar.


Se encuentra la luz, para llevar e iluminar.


Formar parte de la casa de Nazaret, supone pertenecer a una gran familia.


Una familia, que te aporta riqueza espiritual, conocimientos y sabiduría, una familia que te induce, a actuar en cada momento, llevado por el corazón, con amor y misericordia.


Pertenecer a la casa de Nazaret, es vivir de otra manera.


Es compartir la vida en una familia que, inducida por el padre, te hace caminar en la fe y la verdad, con igualdad, con justicia, amor y la paz que nos ofrece en cada momento Jesucristo…


Tener, la protección en la familia de José… y el corazón abierto, al amor, la misericordia, bondad y dulzura, de una gran madre, de María.

J.P.D.

Conocer los caminos de Dios.

Creer con fe en Dios, escuchar y aceptar su palabra y cumplir sus mandatos, nos lleva:


A ser una nueva persona cada día, a ver todo en la vida de otra manera y, a crecer espiritualmente a la luz de Dios.


Dios nos ofrece una vida en hermandad, Sin ambiciones ni egoísmos, donde hay cabida para todos y, desea que la vivamos de la mejor manera, en el amor y con fraternidad.


Dios quiere, que le reconozcamos y le aceptemos como lo que es, creador del universo, Padre celestial y Señor de todos. Y que aceptemos su gran amor y lo compartamos entre todos como hermanos lo que somos.


También nos pide que trabajemos todos en la unidad, para construir un mundo mejor, un mundo que nos permita vivir y caminar en la luz, y la verdad.


Amar a Dios y sentir su gran amor es encontrar el mejor camino para andar en la vida. Porque Dios es el camino verdadero, amplio, recto, llano e iluminado, con un recorrido seguro, sosegado, lleno de amor y con un final de vida.


Dios nos da la vida y junto a ella, nos ofrece y pone a nuestro alcance, alimentos naturales, agua en ríos y manantiales y todo lo necesario para subsistir.


Dios, como creador del universo, y dueño y Señor de todo lo visible e invisible es:


La igualdad en los pueblos que viven compartiendo la justicia y están en hermandad.


Dios es el amor y la bondad, que brota en los corazones.


Es Luz en las tinieblas.


La verdad transparente que no engaña.


Dios es el camino iluminado lleno de vida.


Dios es la balanza de la justicia, precisa, justa y equilibrada.


Dios es sosiego y paz para los corazones.


Dios y sus valores, es lo esencial y necesario para una buena convivencia entre la humanidad.

J.P.D.

LOS CRISTIANOS

Yo soy el camino la verdad y la vida. (Jn. 14, 6.) Jesucristo se nos da y se nos ofrece como lo que es: el mejor camino, la verdad y la autentica vida.


Ser hijos de Dios:
Creer en Dios, en Jesucristo, sentirle respetar y cumplir sus deseos, hacer su voluntad y seguirle. Jesús nos ofrece lo mejor para una buena convivencia de hermandad entre todos.


Los cristianos:
Un mundo de Dios, con una voluntad y unos deseos justos, que nos permite caminar y vivir en la unidad, con amor, fraternidad, y trabajar por la igualdad, la justicia, la libertad y la paz, viviendo con su presencia y compartiendo sus valores.


Los cristianos:
Nos regimos por la palabra, la voluntad y deseos de Dios.


Andamos por los caminos de la luz, de la verdad, y del amor, los caminos de Dios.


Nos guiamos, inducidos por la palabra de Dios, en defensa de la igualdad, la justicia, la libertad y la paz.


La palabra de Dios, nos forma y nos prepara, para convivir en comunidad y crear familia, y nos enseña el camino que nos permite trabajar, para avanzar y desarrollar en esta sociedad.


La palabra de Dios, es la mejor ley escrita que tenemos a nuestro alcance, escuchémosla y creamos en ella.


A los cristianos, el creer en Dios, escuchar su divina palabra, y respetar y cumplir sus mandatos, nos lleva, a ser solidarios, y caritativos en la vida.


Llevados por fe y la voluntad de Dios, Trabajamos intentando construir un mundo con su presencia y sus valores, un mundo mejor, más humanitario y más justo.

J.P.D.

VISITA AL TEMPLO



Hoy Santo Padre, llamado por ti, he salido a visitarte y, he llegado al templo tu casa, para contemplar tu rostro, sentir tu presencia y abrazarte, y como hijo tuyo, a postrarme junto a ti, llenarme de tu gran amor, sentirme iluminado por los destellos de tu radiante luz, escuchar tu divina palabra, apreciar tus buenos consejos, y junto a mis hermanos en la unidad, sentarme junto a ti a la mesa, y compartir tu pan.

Gracias Señor, por tu calurosa acogida. Gracias por abrazarme y poder compartir estos momentos a tu lado.

Señor:


Dame voluntad para ir con frecuencia a tu encuentro.


Dame capacidad de escucha para que me llegue tu palabra.


Dame sabiduría para poder entenderla.


Dame fuerzas para ponerla en práctica.


Y fortalece mi fe, para estar cada día más cerca de ti.
                                                                                      Amén.
J.P.D.

LA VIDA ES BELLA

Creer en Dios, escuchar su palabra, cumplir sus deseos y hacer su voluntad, nos da a conocer un modelo de vida a seguir, más atrayente y ejemplar, una vida más bella y querida por todos, y que cada día nos invita a vivirla plenamente, y a disfrutar de ella intensamente.


Dios nuestro padre celestial y creador, nos ofrece y quiere para todos, una vida más igualitaria, más justas y más humana, y desea que la vivamos en hermandad, con misericordia y con amor.


Con Dios a nuestro lado, andaremos por los caminos de la luz, lo haremos con amor y con igualdad, conviviendo con justicia, y en libertad.


De esta manera, escuchando su divina palabra, a su lado, y andando por los caminos que él nos ofrece, comprobaremos y veremos, que la vida tiene otro sentido, otros horizontes, es más valiosa, más preciada y más bella.


Caminando por los caminos que nos ofrece Dios y sintiendo su presencia en nuestro interior, encontraremos la vida al amanecer, nos llenaremos de vida al medio día, y disfrutaremos plenamente de la vida al atardecer.


Gocemos de la vida en Dios, el nos la ha dado con amor y desea que la vivamos todos en un mundo de hermandad y de fraternidad, ofreciendo y compartiendo amor.


La vida nos ofrece cantidad de posibilidades para vivirla, pero si queremos una vida mejor, más justa y con más humanidad, esta nos la está ofreciendo Dios, creyendo en él y teniéndole presente cada día en nuestras vidas.


La vida nos ofrece mucho, pero nos dará lo que la vida quiera.


La vida nos ofrece cantidad de posibilidades, de ella escogeremos lo que queramos, pero solo tendremos lo que la vida nos dé.

J.P.D.

LA VERDAD DE DIOS

Jesucristo vino al mundo a ofrecernos y darnos gratuitamente a toda la humanidad un mundo mejor, un mundo en el amor, la verdad, y con una convivencia en igualdad, con libertad, y justicia…


Pero parte de la humanidad lo rechazo, y rechazándolo a el, se rechazo el autentico modelo de vida a seguir.


Jesús, nos dice: la verdad te hará libre, sin embargo tratáis de matarme, porque no dais cabida a mis palabras...


Sin embargo tratáis de matarme a mí, que os he hablado de la verdad que le escuche a Dios... (J. 8)


Como ejerce el hombre, la verdad y la justicia que:


Donde debería haber Amor, hay discordias odios...


Donde debería haber Libertad, hay esclavitud...


Donde debería haber igualdad hay discriminación...


Donde debería haber Justicia, hay conveniencias e injusticias...


Donde debería haber Paz, hay guerras injustificadas...


La verdad de Dios nos ofrece a toda la humanidad, tener hermandad y fraternidad, ser amados y amar, y vivir en un mundo con igualdad, en libertad, con justicia y paz.


La verdad de Dios, y sus valores son necesarios hoy y siempre en la humanidad.


Dejémonos amar por Dios y Aceptemos el mundo que él nos ofrece, un mundo de auténticos y buenos valores.

J.P.D.

VIVIR TENIENDO PRESENTE A DIOS.

Teniendo en nuestra vida presente al Señor encontramos:


• Fortaleza para mejorar cada día nuestra fe.


• Luz para caminar y para nuestro comportamiento.


• Llenarse de la luz de Dios, iluminando nuestra vida.


• Conocimiento y sabiduría, para vivir y actuar con fe ala luz de Dios.


• Sentir la presencia del Señor en el silencio de nuestro interior.


• Distinguir y seguir los caminos iluminados del Señor.


• Conocernos a nosotros mismo y analizar, nuestro sentir hacer y actuar.


• Ver lo esencial y apreciar lo que de verdad cuenta en la vida.


Tener presente a Dios de paso, de visita es fácil…


Lo difícil es tener el privilegio, de vivir continuamente en su presencia,


De esta manera no hay que buscar, se encuentra.


Se encuentra la sencillez y la humildad, para caminar, darse, y amar.


Se encuentra, el sentir, para acoger y compartir.


Se encuentra el amor, para querer y abrazar.


Se encuentra la luz, para llevar e iluminar.


Tener presente a Dios, supone formar parte y pertenecer a una gran familia.


Una familia, que te aporta riqueza espiritual, conocimientos y sabiduría, una familia que te induce, a actuar en cada momento, llevado por el corazón, con amor y misericordia.


Tener presente a Dios, es vivir de otra manera, es compartir la vida en una familia que, inducida por el padre, te hace caminar en la fe y la verdad, con igualdad, con justicia, amor y la paz que nos ofrece en cada momento Jesucristo…


Tener presente a Dios, es seguir los caminos que nos ofrece Jesucristo… y vivir el compromiso de la fe con la bondad, la misericordia, el amor y la dulzura, de una gran Madre, de María.

J.P.D.

MARIA en nuestros días.

María, como mujer bondadosa y misericordiosa y como madre de nuestro señor Jesucristo, no estaría de acuerdo y tampoco compartiría nuestra manera de vivir en estos tiempos. María viviría esta realidad en desacuerdo, con preocupación y en oración, pidiéndole a Dios, por los problemas existentes en el mundo y por la conversión y la salvación de la humanidad.


María, observa que en nuestra manera de vivir, caminamos con prisas y agobiados, y lo hacemos con apariencias, intereses e hipocresía, involucrados en un sistema de vida y un consumismo innecesario.


María, hecha de menos en estos tiempos y en esta sociedad, la falta de fraternidad, y misericordia, y sobre todo una gran falta de igualdad y de amor entre todos.


María, desea que vivamos cada momento del día, con sosiego, que nos paremos a contemplar y a disfrutar de aquello que nos ofrece y, que reflexionemos con todo aquello que nos enseña.


María desea, que analicemos y que veamos que hay otras maneras de vivir. Y que caminemos y vivamos el día a día con gran amor.


A María le gustaría, por ejemplo, que cada día nos paremos a contemplar el amanecer. Que observemos el sol, que nos ilumina cada día llenándonos de su esplendida y radiante luz.


Que disfrutemos y gocemos cada momento del nuevo día, compartiendo momentos de vida y felicidad en la familia, amigos, conocidos y demás. Que nos encontremos con la naturaleza y contemplándola meditemos y descubramos sus maravillas. Que de vez en cuado, disfrutemos del canto de los pájaros. Que caída la tarde nos paremos a contemplar el atardecer, y mirando al cielo observemos el firmamento, y veamos las estrellas y la luna, que nos iluminan con su radiante luz…


Sobre todo el deseo de María es, que seamos felices y que vivamos en los verdaderos valores de la vida. Que lo hagamos con sencillez y fraternidad, que trabajemos y disfrutemos de aquello que en realidad nos guste y nos llene, y que vivamos en el amor, entre padres e hijos, hermanos, familia y amigos, amor entre pueblos, ciudades y países.


A María le gustaría, que en la unidad, trabajemos todos, para acabar con algunos de los problemas que existen en la humanidad, problemas de desigualdad, de justicia y de libertad, así María, se sentiría feliz al ver que construimos un mundo mejor, donde predomine la felicidad y reine el amor.


María desea para todos nosotros, un mundo que nos permita vivir en libertad, con justicia y en gracia de Dios.


Sentimientos y obras de María.


Los llevaría a cavo, con misericordia, y con gran amor, al lado de aquel que la necesita y, pidiendo a Dios, por la conversión de los hombres y los problemas del mundo.


Pensamientos de María.


María, como ella solía hacer, su pensamiento los guarda en su corazón.


Juicios de María.


María, no juzgaría se resentiría y pondría todos nuestros problemas…en manos de su hijo nuestro Señor Jesucristo.

J.P.D.