lunes, 26 de julio de 2010

MARIA en nuestros días.

María, como mujer bondadosa y misericordiosa y como madre de nuestro señor Jesucristo, no estaría de acuerdo y tampoco compartiría nuestra manera de vivir en estos tiempos. María viviría esta realidad en desacuerdo, con preocupación y en oración, pidiéndole a Dios, por los problemas existentes en el mundo y por la conversión y la salvación de la humanidad.


María, observa que en nuestra manera de vivir, caminamos con prisas y agobiados, y lo hacemos con apariencias, intereses e hipocresía, involucrados en un sistema de vida y un consumismo innecesario.


María, hecha de menos en estos tiempos y en esta sociedad, la falta de fraternidad, y misericordia, y sobre todo una gran falta de igualdad y de amor entre todos.


María, desea que vivamos cada momento del día, con sosiego, que nos paremos a contemplar y a disfrutar de aquello que nos ofrece y, que reflexionemos con todo aquello que nos enseña.


María desea, que analicemos y que veamos que hay otras maneras de vivir. Y que caminemos y vivamos el día a día con gran amor.


A María le gustaría, por ejemplo, que cada día nos paremos a contemplar el amanecer. Que observemos el sol, que nos ilumina cada día llenándonos de su esplendida y radiante luz.


Que disfrutemos y gocemos cada momento del nuevo día, compartiendo momentos de vida y felicidad en la familia, amigos, conocidos y demás. Que nos encontremos con la naturaleza y contemplándola meditemos y descubramos sus maravillas. Que de vez en cuado, disfrutemos del canto de los pájaros. Que caída la tarde nos paremos a contemplar el atardecer, y mirando al cielo observemos el firmamento, y veamos las estrellas y la luna, que nos iluminan con su radiante luz…


Sobre todo el deseo de María es, que seamos felices y que vivamos en los verdaderos valores de la vida. Que lo hagamos con sencillez y fraternidad, que trabajemos y disfrutemos de aquello que en realidad nos guste y nos llene, y que vivamos en el amor, entre padres e hijos, hermanos, familia y amigos, amor entre pueblos, ciudades y países.


A María le gustaría, que en la unidad, trabajemos todos, para acabar con algunos de los problemas que existen en la humanidad, problemas de desigualdad, de justicia y de libertad, así María, se sentiría feliz al ver que construimos un mundo mejor, donde predomine la felicidad y reine el amor.


María desea para todos nosotros, un mundo que nos permita vivir en libertad, con justicia y en gracia de Dios.


Sentimientos y obras de María.


Los llevaría a cavo, con misericordia, y con gran amor, al lado de aquel que la necesita y, pidiendo a Dios, por la conversión de los hombres y los problemas del mundo.


Pensamientos de María.


María, como ella solía hacer, su pensamiento los guarda en su corazón.


Juicios de María.


María, no juzgaría se resentiría y pondría todos nuestros problemas…en manos de su hijo nuestro Señor Jesucristo.

J.P.D.

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