Dios nos llama y nos acoge con gran amor
EL ENCUENTRO
Señor, escuchaba hablar de ti, oía maravillas y proezas tuyas...
Se dice que eres amor, bondad, justo, sencillo y misericordioso...
Por todo esto, conmovido por mi corazón y con el deseo de escuchar tu palabra y conocerte, salí a tu encuentro… sabia donde hallarte.
Siguiendo tu camino llegue al templo, donde tú me esperabas y, para facilitar nuestro encuentro dejaste la puerta abierta… yo, con el deseo de encontrarte y conocerte, pase al interior…
A pesar de la multitud, enseguida te hallé, fue fácil, ya que tu presencia resaltaba y el destello de tu luminosa luz te identificaba.
En la distancia, observándote decidí escucharte con atención, tu palabra sincera transmitía, tu verdad llenaba, y tu mirada conmovía.
Tú entre la multitud me observabas y, en silencio me llamabas, yo impresionado y conmovido sentí algo que me atraía hacia ti, y lentamente abriéndome paso entre la multitud, conseguí acercarme a ti, no podía creer el estar a tu lado…
Ya frente a ti, yo tímidamente te miraba, y tú, sonriendo con tu mirada penetrante y amorosa me extendías tu mano y pronunciando mi nombre me acogías, yo conmovido, te ofrecí la mía y al unirlas, mi ser te identifico y mi corazón se lleno de ti…
Gracias Señor, por llamarme a conocerte, gracias por invitarme a escuchar tu palabra, gracias Señor, por permitirme acercarme a ti y caminar a tu lado.
Ahora Señor, al haberte encontrado y conocido, estaré más cerca de ti y caminando a tu lado, compartiré tú gran amor.
Así sea.
J. P. D
EL ENCUENTRO
Señor, escuchaba hablar de ti, oía maravillas y proezas tuyas...
Se dice que eres amor, bondad, justo, sencillo y misericordioso...
Por todo esto, conmovido por mi corazón y con el deseo de escuchar tu palabra y conocerte, salí a tu encuentro… sabia donde hallarte.
Siguiendo tu camino llegue al templo, donde tú me esperabas y, para facilitar nuestro encuentro dejaste la puerta abierta… yo, con el deseo de encontrarte y conocerte, pase al interior…
A pesar de la multitud, enseguida te hallé, fue fácil, ya que tu presencia resaltaba y el destello de tu luminosa luz te identificaba.
En la distancia, observándote decidí escucharte con atención, tu palabra sincera transmitía, tu verdad llenaba, y tu mirada conmovía.
Tú entre la multitud me observabas y, en silencio me llamabas, yo impresionado y conmovido sentí algo que me atraía hacia ti, y lentamente abriéndome paso entre la multitud, conseguí acercarme a ti, no podía creer el estar a tu lado…
Ya frente a ti, yo tímidamente te miraba, y tú, sonriendo con tu mirada penetrante y amorosa me extendías tu mano y pronunciando mi nombre me acogías, yo conmovido, te ofrecí la mía y al unirlas, mi ser te identifico y mi corazón se lleno de ti…
Gracias Señor, por llamarme a conocerte, gracias por invitarme a escuchar tu palabra, gracias Señor, por permitirme acercarme a ti y caminar a tu lado.
Ahora Señor, al haberte encontrado y conocido, estaré más cerca de ti y caminando a tu lado, compartiré tú gran amor.
Así sea.
J. P. D
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