SAN PABLO
San Pablo, un hombre convertido por Jesucristo, para evangelizar y transmitir su mensaje a la humanidad, para la gloria de Dios Padre.
En San Pablo podemos ver, uno de los grandes milagros realizados por nuestro señor Jesucristo.
San Pablo Pasó:
De perseguir a los cristianos, a fiel seguidor y evangelizador de Jesús.
De ser odiado por los cristianos, a ser escuchado, admirado y querido por todos ellos.
De no creer, a creer, sentir y transmitir.
De ser ciego, a ver.
De odiar, a amar.
De caminar por caminos en tinieblas, a ser luz en los caminos.
A San Pablo hay que admirarlo por su gran conversión, decisión, valentía y por su capacidad de evangelización.
San Pablo, día a día trata de comunicarnos con sus escritos, que ama con fuerza a Jesucristo. Y con su enérgica palabra, quiere transmitirnos que el amor de Dios es grande, que Dios nos ama y quiere que nosotros también lo amemos.
Con su palabra San Pablo, nos hace meditar, crecer y reflexionar. Escuchándole, mejoramos y avanzamos día a día en nuestra manera de caminar, de actuar y desarrollar y nos prepara para vivir, en un mundo con Dios, un mundo mas caritativo, mas humano y mas justo.
Observemos la mirada de San Pablo, mirada firme, clara, amorosa, enfocada en Jesucristo y siempre puesta en todos nosotros.
Tratemos de sentir su corazón, un corazón sosegado, lleno de paz y amor, corazón convertido por Jesucristo, para transmitirnos con firmeza la palabra de Dios.
Observemos su enérgica palabra, su capacidad y espíritu de lucha. Veamos su manera de actuar, de pensar, de comunicar, de transmitir. Actuemos como él, porque actuando como él, descubriremos y encontraremos el camino para acercaremos mas a Jesucristo, y conseguir el amor de Dios.
Deseemos desde nuestro interior, que su palabra sea para nosotros alimento que perdure y pidámosle, que interceda antes Dios por nosotros, por nuestra conversión y que en nuestro caminar diario, sea nuestro guía espiritual, que nos lleve por los caminos de Dios. Porque caminando de su mano y a su lado y obrando como el nos diga, lo haremos como Dios desea.
Decir, que es difícil ser como el, pero que bonito seria parecerse a él, y que desde nuestro interior haciendo nuestro su dicho, podamos decir al igual que él, NO SOY YO, ES CRISTO QUIEN VIVE EN MI.
J. P
San Pablo, un hombre convertido por Jesucristo, para evangelizar y transmitir su mensaje a la humanidad, para la gloria de Dios Padre.
En San Pablo podemos ver, uno de los grandes milagros realizados por nuestro señor Jesucristo.
San Pablo Pasó:
De perseguir a los cristianos, a fiel seguidor y evangelizador de Jesús.
De ser odiado por los cristianos, a ser escuchado, admirado y querido por todos ellos.
De no creer, a creer, sentir y transmitir.
De ser ciego, a ver.
De odiar, a amar.
De caminar por caminos en tinieblas, a ser luz en los caminos.
A San Pablo hay que admirarlo por su gran conversión, decisión, valentía y por su capacidad de evangelización.
San Pablo, día a día trata de comunicarnos con sus escritos, que ama con fuerza a Jesucristo. Y con su enérgica palabra, quiere transmitirnos que el amor de Dios es grande, que Dios nos ama y quiere que nosotros también lo amemos.
Con su palabra San Pablo, nos hace meditar, crecer y reflexionar. Escuchándole, mejoramos y avanzamos día a día en nuestra manera de caminar, de actuar y desarrollar y nos prepara para vivir, en un mundo con Dios, un mundo mas caritativo, mas humano y mas justo.
Observemos la mirada de San Pablo, mirada firme, clara, amorosa, enfocada en Jesucristo y siempre puesta en todos nosotros.
Tratemos de sentir su corazón, un corazón sosegado, lleno de paz y amor, corazón convertido por Jesucristo, para transmitirnos con firmeza la palabra de Dios.
Observemos su enérgica palabra, su capacidad y espíritu de lucha. Veamos su manera de actuar, de pensar, de comunicar, de transmitir. Actuemos como él, porque actuando como él, descubriremos y encontraremos el camino para acercaremos mas a Jesucristo, y conseguir el amor de Dios.
Deseemos desde nuestro interior, que su palabra sea para nosotros alimento que perdure y pidámosle, que interceda antes Dios por nosotros, por nuestra conversión y que en nuestro caminar diario, sea nuestro guía espiritual, que nos lleve por los caminos de Dios. Porque caminando de su mano y a su lado y obrando como el nos diga, lo haremos como Dios desea.
Decir, que es difícil ser como el, pero que bonito seria parecerse a él, y que desde nuestro interior haciendo nuestro su dicho, podamos decir al igual que él, NO SOY YO, ES CRISTO QUIEN VIVE EN MI.
J. P
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